Algunas de las mejores olas para el surfing a nivel mundial están en Talara. Esta la historia de un joven pintor que trata de capturarlas en cuadros y en polos.

Cuando era bebé, Samuel Chapilliquen se emocionaba al ver los pescados que traía su padre, un pescador artesanal. Pasaron los años, y ya su progenitor no siempre regresaba a casa con una sonrisa tostada por el sol. La depredación había hecho que las especies marinas escasearan. Pero Samuel seguía pensando que el mar era el mundo soñado.

“Cuando me llevaron a conocer el mar de Lobitos, nació un amor que todavía continúa. ¿Cómo expresar esa emoción? Lo supe a los nueve años: pintando”, recuerda Samuel. Y desde esa edad enfiló las temperas a las bellas e impresionantes olas que trataba de dominar… porque Samuel se hizo también surfista.

Apenas terminaba las tareas escolares, no solo corría olas, sino también corría a la casa de un amigo que había estudiado en Bellas Artes, en Chiclayo. Y de él aprendía algunas técnicas. Comenzó en papel, luego triplay, lienzo, acrílico, tela. Ahora toda superficie plana es suficiente. “Y desde el tercer grado de secundaria vendo cuadros”, dice Samuel, quien ha cumplido los 20 años.

Aunque nació en Los Órganos, Samuel vive desde pequeño en Lobitos. El tema principal de sus cuadros son las olas. Y no solo las pinta en cuadros sino también en polos. Los turistas están encantados con esos polos únicos e irrepetibles y los compran a este joven artista que es zurdo como Miguel Ángel, Leonardo da Vinci y Pablo Picasso. Según los científicos, los zurdos tienen más facultades artísticas que los diestros.

Mientras practica el surf y pinta vende sus cuadros, Samuel Chapilliquén se ha trazado metas: Estudiar en Bellas Artes e implementar su taller. “Un artista es demasiado libre y a veces indisciplinado. Quiero formarme disciplinadamente y mejorar para retratar el mar, las olas de Lobitos”, afirma. Y sale cada día por la playa, buscando la hora y la luz natural apropiadas para captar tonalidades inéditas de este mar de Lobitos Lobitos, un motivo de orgullo de Talara.